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La era Industrial masificó nuestro ritmo de producción de objetos, acelerando e incrementando todos los procesos necesarios para llegar a un objeto. Las consecuencias de la sobreproducción en la que nos vemos inmersos actualmente tienen un fuerte impacto sistémico sobre la tecnosfera y la biosfera, pues la preocupación por la economía nos ha llevado al límite del consumo masivo e indiscriminado de productos con un ciclo de vida extremadamente corto y poco funcionales, sin tener conocimiento alguno de lo que sucede con ellos después del final de su uso (en nuestro caso, la gran mayoría va a aumentar las montañas de desechos de los botaderos municipales). Si bien el desarrollo económico de una nación puede ser parte esencial de su desarrollo global, el tipo de conciencia netamente consumista que predomina en la mentalidad actual nos está llevando a pasos agigantados a una eventual crisis por el fin de los recursos naturales. Gallopín distingue tres tipos de sistemas: absolutamente sociales, absolutamente ecológicos y sistemas socioecológicos.

La existencia de un sistema absolutamente social es, pese a que exista en la teoría, imposible en la realidad, ya que contempla los recursos naturales como insumos reemplazables por otros producidos por el hombre, generando lo que se denomina sostenibilidad muy débil.

La caracterización de la naturaleza como un simple recurso limita nuestra visión y no nos permite darnos cuenta de que se acerca su eventual desaparición, para la cual es imposible estar preparado.


Un sistema absolutamente ecológico, pese a presentarse como un sistema ideal, es imposible por el simple hecho de que somos humanos y necesitamos asegurar nuestra permanencia en el planeta. Este sistema relega al hombre a un segundo plano, de modo que no se contempla como una variable fuerte.

Al ser nosotros, los humanos, quienes estamos desarrollando estos enfoques sistémicos, es imposible desde nuestro punto de vista dejar de lado a la humanidad como agente de vital importancia.


El sistema socioeconómico se fundamenta en la asociación y la vinculación del sistema humano y ambiental. Si bien la Era Industrial ya tuvo lugar y permanece como parte esencial de la cultura occidental, la Era de la Información está tomando fuerza en el mercado, pues se busca un tipo de consumidor mucho más responsable e informado que el anterior.

El mercado LOHAS (Lifestyles of Health and Sustaibaility) nos propone un segmento considerable de consumidores que están empezando a preocuparse por nuestros modos de producción y nuestra sostenibilidad a largo plazo.

Uno de los sistemas de reconocimiento y certificación es el conocido C2C, el cual contempla la necesidad de que el producto, después de cumplido su ciclo de vida útil, tenga la posibilidad de reducirse a sus componentes primarios y regresar a la biosfera o tecnosfera como insumo.

Pese a la robustez de este tipo de pensamiento, las empresas se encuentran aún demasiado lejos de cumplir los parámetros establecidos, por lo cual el máximo indicador actualmente dado a un producto por parte de C2C es dorado (el máximo planteado es platino). Otro inconveniente de C2C es que clasifica productos autoproducidos, es decir, puede adjuntarse calificaciones parciales a productos que los consumidores comprarán confiados.



Por su parte, en cuanto al desarrollo del producto, uno de los aspectos que se encuentran en boga actualmente es la biomímesis, entendida como el estudio de las respuestas de los seres vivos a ciertos tipos de condiciones para poder aplicarlas en nuevos productos. El primer tipo de biomímesis contempla únicamente aproximaciones formales, mientras que un tipo de biomímesis mucho más profunda puede llevarnos a respuestas funcionales aplicables sobre nuestras soluciones (por ejemplo, el avión a partir de observaciones sobre los pájaros).

La biomímesis como fuente de estudio resulta altamente adecuada en el sistema actual, en el que la tecnósfera y la biosfera se ven fuertemente separadas en el imaginario colectivo de las personas pese a que están intrínsecamente unidas. En otras palabras, la biomímesis nos da una herramienta de comprensión del mundo que nos rodea y debemos preservar.

Como una alternativa de mejora íntegra para el producto, existe la mejora de los sistemas productos servicio (SPS) y la desmaterialización del producto, que nos permite alargar el ciclo de vida útil y reducir gastos de reemplazo y desecho.

Los SPS se encargan de colaborarle al cliente antes, durante y después de la adquisición y uso de un objeto, contribuyendo de este modo a la reducción de desechos y de demanda por parte de los consumidores. Un producto con un SPS fuerte puede extender su vida útil y mejorar la calidad de vida de la persona que lo adquiere si se contemplan todas las posibles falencias a lo largo de su uso.



Todas estas representan alternativas de mejora del producto, pero pueden resultar engañosas para las personas que no tienen claridad sobre lo que consumen, ya que a las megacompañías les favorece la ignorancia del consumidor frente a su oferta.

La tendencia a establecer un nicho de mercado ecológico en Colombia es hasta ahora tímida y escasa, pero eventualmente se desarrollará gracias a la presión global sobre nuestro país. En este preciso momento, el mercado se encuentra en un momento de gestación de sus futuros mercados verdes, en los que el consumidor demandará su puesto como eje central del sistema capitalista y necesitará una oferta que cumpla con sus criterios ecológicos.



Otro ámbito en gestación en este momento en el país es el diseño industrial. Aún no existe una trayectoria definida, figuras visibles de diseño o una estética sobresaliente en la producción industrial. La falta de conocimiento por parte de la población general sobre el quehacer del diseñador y de investigación para el fortalecimiento de la disciplina llevan a que en Colombia no exista una cultura de diseño aún formada.

El desarrollo de dicha cultura se ve afectada por el hecho de que nos hallamos significativamente más permeados por el boom de la producción masiva de superpotencias externas que por nuestras propias tradiciones y prácticas de diseño.

Se hace necesaria la construcción de una postura clara de diseño frente al contexto productivo mundial al cual podríamos entrar eventualmente.

Estos dos elementos en gestación –el del diseño y el de los mercados ecológicos– pueden aprovecharse para iniciar un cambio profundo en los sistemas de extracción, manufactura y distribución, e incluso en el sistema capitalista en sí, para que al momento de abrir este mercado a nivel internacional sus bases sociales, ecológicas y económicas sean mucho más fuertes y estables que las de los demás mercados, haciéndolo competitivo a nivel global y sostenible a nivel de desarrollo local.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

INTEGRANTES

 

Claudia Cabrera
Nicolás González
Tatiana Moreno

 

Hacia un fortalecimiento de un mercado sostenible en gestación



Tatiana Moreno.

Referencias bibliográficas:



Alan Drengson, Some Thought on the

Deep Ecology Movement. The Deep Ecology Foundation.      http://www.deepecology.org/deepecology.htm



Lifestyles of Health and Sustainability, LOHAS online. LOHAS background.
http://www.lohas.com/about

Steve French and Gwynne Rogers. Understanding the LOHAS Consumer: The Rise of Ethical Consumerism. A Strategic Market Research Update from The Natural Marketing Institute (NMI).
http://www.lohas.com/Lohas-Consumer

Desarrollo sostenible: una perspectiva sistémica, Gilberto Gallopín.

Cradle to Cradle.

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